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SIN RESPUESTA

by 1/05/2017

El Sevilla de Jorge Sampaoli mostró la peor cara del proyecto en el momento en el que más necesitaba la brillantez de las mejores noches. Sampaoli se presentó en el Bernabéu con defensa de 4, Ganso y sin ninguno de los dos puntas. Un planteamiento arriesgado en el que al Sevilla le costaba conocerse a sí mismo. 

La salida de balón siempre ha sido un problema en el Sevilla de esta temporada. El técnico de Casilda articuló con acierto una línea de 3 centrales que permitía a N´Zonzi no retrasar tanto su posición y ofrecer apoyo por delante con la compañía de Nasri. De esa manera, el Sevilla conseguía superioridad posicional y numérica en la primera línea de presión del rival. Y a partir de ahí, viajar juntos con balón para llegar arriba. Sin embargo, Sampaoli llegó al Bernabéu y volvió a la defensa de 4. Quitar un hombre atrás para sumar uno en la siguiente línea trajo varios desencadenantes negativos. El primero de ellos repercutió sobre los laterales. Entendemos que el objetivo era sujetar a Escudero y Mariano para sufrir menos por los costados. Juntar a Mariano + Ganso en banda derecha, sobre Marcelo + James, fue la primera decisión errónea. Mariano y Escudero son activos importantísimos en campo rival, y el Sevilla sufre mucho más cuando piensa en la portería propia antes que en la contraria. Sin sus aportaciones más arriba el equipo perdió profundidad exterior y Vitolo no tenía un socio. Y la fiabilidad "defensiva" del Sevilla nace de la capacidad que tenga para organizarse con balón. Ayer se quedó entre medias y ni supo tener la pelota ni qué hacer sin ella, y en la indefinición surgió el caos. 

En salida, N´Zonzi tenía que retrasar la posición para emparejarse con Mercado y Rami. Y el Real Madrid hizo lo que mejor sabe hacer cuando Casemiro está en el campo, defender muy arriba y hacia delante. N´Zonzi no terminó de emparejarse, sino que se ofrecía en apoyo, pero Casemiro apenas le permitió girarse y las veces que lo conseguía, Nasri estaba demasiado lejos. El jugador brasileño, junto a Modric -nuevamente genial en el trabajo silencioso-, evitaba que cada inicio del Sevilla generase algún tipo de ventaja. 

La entrada de Iborra en la alineación obedecía a una situación lógica. N´Zonzi necesita ayuda ante rivales de máximo peso. Lo que no se terminó de comprender es que el jugador valenciano estuviese tan lejos del francés. Más atrás hubiese permitido dividir la presión madridista y regalar algo de tiempo para que el crack pudiese girar, pero ni Iborra, demasiado lejos, ni Nasri, en tierra de nadie, ofrecieron ayuda a un N´Zonzi que se fue apagando con los minutos. Esa situación de incomodidad inicial repercutía de forma directa sobre todos los aspectos del juego. Ganso, muy perfilado a la derecha, apenas ofreció oposición sin balón  ni pases entre líneas que permitiesen respirar al Sevilla. 

En los análisis, nuevamente, volvió a aparecer la ausencia de intensidad como el mejor recurso para no hablar del juego. Que el Sevilla llegase siempre tarde tenía mucha más relación con el caos táctico en el que se veía envuelto -laterales poco profundos, otra consecuencia más de la ausencia de la línea de 3 centrales, líneas muy separadas y desequilibrio posicional en zonas de balón- que con la falta de ganas. Se observo cierta falta de agresividad en los duelos, pero eso no es propio del partido de ayer, sino tónica habitual durante toda la temporada. Cada acción de superioridad del Real Madrid generó un golpe emocional a un Sevilla que empezó a fallar pases fáciles o controles tras pases de 2 metros. 

El Sevilla no podía salir porque no era capaz de sumar 3-4 pases en campo contrario, así que el único recurso fue buscar los desmarques de Correa a la espalda de la línea defensiva. Fue, más allá del acierto o desacierto de algunas acciones, el mejor recurso del Sevilla para encontrar oxígeno. Estiraba al equipo y al rival, pero fue en situaciones muy concretas, y el Real Madrid nunca sintió amenazado su dominio. Los cambios de Sampaoli no trajeron, como otras veces sí, soluciones. Solo Kranevitter hizo algo más que Iborra, porque liberaba a N´Zonzi, pero ninguno de ellos fue determinante para representar una mejora palpable sobre el juego. El Madrid fue bajando el ritmo del partido a medida que avanzaba y alejó al Sevilla de cualquier opción. Sin respuesta. 

LA EVOLUCIÓN DEL SEVILLA DE SAMPAOLI

by 12/02/2016

Nunca ha sido fácil pedir tiempo en un deporte en el que los segundos marcan la diferencia entre el acierto y el error. Menos aún cuando el equipo viene de años de títulos y tiene tanto temor a lo desconocido. Y Jorge Sampaoli y Juan Manuel Lillo simbolizaban a la perfección ese miedo. Y no precisamente por falta de prestigio internacional, sino por una idea de juego que han vendido cientos y han cumplido solo algunos elegidos. El sevillismo es una afición incrédula. No cree en el paraíso sin esfuerzo, y desgraciadamente, el fútbol está repleto de intelectuales con la receta mágica en los bolsillos, maestros del engaño. Y por qué no decirlo, la patria nervionense no termina de acostumbrarse a jugar sin extremos que pisen la cal y dos delanteros en el área cazando remates.

También suma la caricaturización que se ha hecho de Lillo a nivel nacional. Desconozco si el problema es el lenguaje, o es el camino más sencillo para que muchos camuflen su ignorancia, pero la realidad es que algunos se permiten el lujo de no escucharle, y peor aún, una pretensión bastante estúpida de ridiculizar lo que dice. Esa maldita venda de quien cree que lo sabe todo y no quiere "que le cuenten milongas".

Pero Sampaoli y los suyos siempre han sido fieles a sí mismos. Hay que hacer ciertas puntualizaciones para que no se confundan dos conceptos que a veces no se usan como debieran. Estilo de juego y modelo de juego. El estilo se relaciona con el tipo de juego al que pretende aspirar el equipo (combinativo, directo), "es la marca personal del entrenador (o del club) que se repite en el tiempo. El ADN". (Crespo, 2014). El modelo es la forma que tiene de conseguirlo. "La concepción de un modelo de juego deberá atender a la especificidad de las características de los jugadores del equipo, de forma que puedan exprimir natural y eficazmente sus propias capacidades. Uniendo y sincronizando todas esas capacidades, se establece la posibilidad del equipo para responder como un todo ante las diferentes situaciones de juego" (Castelo, 2008). Sampaoli no ha rectificado en su estilo, sigue siendo el mismo desde que llegó, lo que ha ido adaptando ha sido el modelo, como hacen todos los entrenadores del mundo. Porque los modelos, al fin y al cabo, tienen que ir adaptándose a los jugadores, a las situaciones, y a una evolución que no se puede predecir, aunque se pueda encaminar. Se trata de pulsar las teclas, aproximativas, que permitan al entrenador y al equipo conseguir lo que se quiere y competir mientras lo hace.

El propio Juanma Lillo hablaba de crear estructuras a principios de temporada: "Todo lo que construyas estructuralmente es para que eches mano de ello coyunturalmente (...). Vas generando estructura para que en cada momento, coyunturalmente, estés en la mejor disposición de asumir eso". Las estructuras potencian a las individualidades, porque construyes un hábitat en el que puedan ser ellos mismos, y partir de ahí, acercarse al resto. Las sinergias entre jugadores que sienten lo mismo terminan surgiendo, pero el entrenador tiene en sus manos facilitar el camino, no poner piedras. A finales de Julio ya hablaba sobre el tiempo que precisa la complejidad de la idea, no solo para que la asimilen, sino para que lleguen a sentirla. Prescindir de ese espacio es un riesgo habitual en un deporte en el que prima la inmediatez, por eso hay entrenadores cesados a los 2 meses con contratos a 3 años. Y el tiempo ha merecido la pena, porque el Sevilla sigue inmerso en su proceso de evolución. Samir Nasri matizó muchas cosas, y parece que todos tienen la oportunidad de hacer lo que quieren. Las estructuras no son cárceles, sino prolongaciones del talento individual al servicio de una causa colectiva. Que el "yo" desaparezca en favor del "nosotros" sin que se sienta cohibido. A veces de acciones individuales surgen principios colectivos. El jugador debe saber no solo lo que tiene que hacer, sino lo que hace el compañero. Y asimilar todas esas cosas lleva tiempo.

El equipo de Jorge Sampaoli ha asentado un esquema -que no tiene miedo en modificar en función del rival o de las necesidades -. El 1-3-3-3-1, con Rico en portería; Mercado, Pareja y Rami en línea de 3, Mariano, N´Zonzi y Escudero en el siguiente escalón, Vitolo, Nasri, Franco Vázquez coronando la zona de mediapuntas y Vietto en punta. Más los recursos puntuales que puedan ofrecer otros futbolistas. La línea de 3 centrales permite a N´Zonzi recibir más arriba, y por tanto redistribuir mejor los espacios (3+2 en salida sobre el que se articula una superioridad posicional). El Sevilla se quita metros de creación y suma a N´Zonzi + Nasri en la línea donde presiona el rival, lo que abre más oportunidades para sortearla. Si los 3 de atrás se han convertido en el sostén de N´Zonzi y Nasri, los laterales no paran de ofrecer soluciones. A los medios, porque siempre encuentran una línea pase en banda, y a los extremos, porque doblan sus posiciones liberándolos de la marca del lateral o la centran, liberándolos de la de los mediocentros rivales. El objetivo es que Vitolo tenga espacio y tiempo para correr. El Mudo y Nasri son los grandes precursores del ritmo. Nasri porque está en todas partes, y eso activa a todos, y el Mudo porque lo acelera y desacelera en cada conducción. Y Vietto es el complemento ideal para cualquier sociedad, el amigo de todos. El principal problema del Sevilla es que, de momento, no terminan de aprovechar los movimientos dentro-fuera de Vietto, porque nadie ocupa su lugar y la zona de remate queda despoblada.

Los problemas en salida no han desaparecido, pero si han surgido soluciones. El Sevilla encuentra la manera de saltarse la presión del rival, bien en combinaciones cortas, bien en balón directo y presión a la zona de recepción para juntarse muy arriba. Y con la idea por encima de todo. Todavía el juego es discontinuo, hay tramos en que cuesta mucho hilarlo, pero han conseguido sobreponerse a la baja de Nasri con un nivel de efectividad excelso. Y eso es fruto de un trabajo estructural que posibilita muchas cosas. Y una dirección de campo inmaculada que siempre consigue cambiar las dinámicas del juego. No hay estrategia que no pueda moldearse y adaptarse al contexto. Falta que jugadores como Correa, Kiyotake o Ben Yedder puedan generar soluciones en contextos muy determinados, cuando el equipo transite más que elabore, y que permitan sumar variantes a un modelo poblado de recursos. De momento, el Sevilla cada vez se parece más a lo que quiere el cuerpo técnico, y eso es el síntoma más determinante de la buena dirección del proyecto. Salud y fútbol. Y disfruten, que es la clave de todo.

ANÁLISIS DEL ATLÉTICO DE MADRID (III): TRANSICIONES

by 10/22/2016

Llega la tercera y última parte del análisis del Atlético de Madrid -prometemos trabajar sobre las ABP en un futuro no muy lejano, otro de los muchos aspectos destacables de los colchoneros-. Una vez que hemos analizado cómo gestiona el Atlético de Madrid su ataque organizado y su defensa posicional, ha llegado el momento de poner el foco sobre su comportamiento en las transiciones. 

TRANSICIÓN DEFENSA - ATAQUE

Empezamos con la transición defensa-ataque. ¿Cómo se comporta el Atlético de Madrid cuando recupera la pelota? ¿En qué medida influye en su comportamiento la altura de esas recuperaciones? ¿Presión tras pérdida o repliegue muy intenso? Allá vamos. 

La altura a la que el Atlético de Madrid consigue el robo depende mucho del rival. Si es un grande -FC Barcelona o Bayern Münich- el equipo suele replegar en bloque bajo, y sus robos, por lo tanto, suelen tener lugar en zona defensiva. Si tenemos que destacar una fase en la que el Atlético es más "débil", esa serían las contras. No es un equipo que gestione correctamente el contragolpe. Tiene hombres que son capaces de conducir y atacar los espacios -Saúl y Carrasco- y genios a la hora de interpretar el movimiento fuera-dentro (Griezmann), pero suelen temporizar y buscar un cambio a fase organizada porque falta un buen intérprete del contragolpe, un lanzador. 

El Atlético de Madrid construye dos respuestas tras robo:

1- Recuperación + temporización y búsqueda del ataque organizado: El equipo de Simeone temporiza, gana tiempo para reorganizar el equipo y cambia la fase de transición por la de ataque organizado. Se siente mejor cuando la influencia de los conceptos posicionales aumenta.

2- Recuperación + ataque directo: Se consigue el robo y el equipo, a través de las conducciones de Carrasco o Griezmann, consigue llegar arriba. No se producen con asiduidad porque faltan pasadores que interpreten ese tipo de situaciones, sin embargo, jugadores como Gaitán o Gameiro pueden proyectar más facilidades para llegar a portería rival tras robo, habilitando un juego mucho más rápido y directo. Quizás la altura del robo es tan baja que las líneas se encuentran muy superadas para organizar las contras. 

Estas dos situaciones las ejemplificamos en el siguiente vídeo:




TRANSICIÓN ATAQUE - DEFENSA

Ahora bien, cuando el Atlético pierde la pelota...¿cómo responde el colectivo? ¿Busca una presión intensa de los "hombres cercanos" que facilite el repliegue del resto? ¿temporización individual para facilitar la recuperación posicional de la línea defensiva? Pasamos a analizar los conceptos más determinantes de su fase defensiva y de su forma de administrar la pérdida de la pelota. 

El comportamiento del Atlético en su transición ataque-defensa depende mucho de la altura a la que pierda la pelota. Si la pierde muy arriba, los jugadores cercanos a la zona de pérdida hacen una presión intensa para facilitar el repliegue del resto y armar la fase de defensa posicional, o incluso para conseguir robarla arriba. Si la pierde en banda el lateral presiona de forma muy activa para evitar el giro del rival, y el lateral de banda contraria cierra espacios por dentro para estrechar el campo de acción del equipo rival.

Si la pierde más atrás, el equipo se encuentra prácticamente organizado, se presiona tras pérdida pero el equipo se encuentra completamente equilibrado en parámetros posicionales. El Atlético de Madrid es capaz de presionar al poseedor en bloque bajo y a la vez estar perfectamente replegado. Maneja a la perfección el achique defensivo y las basculaciones. 




Y con esto, terminamos el análisis del Atlético de Madrid, con la esperanza de que hayan disfrutado leyéndolo tanto como un servidor ha disfrutado haciéndolo. 

ANÁLISIS TÁCTICO DEL ATLÉTICO DE MADRID (II): DEFENSA POSICIONAL

by 10/22/2016

En la primera parte del análisis hablábamos del ataque organizado del Atlético de Madrid, destacando la aportación de jugadores como Koke, Filipe, Griezmann o Correa. Apenas nombramos a Gaitán, que puede dotar de recursos a un ataque ya de por sí rico en matices (leer el fantástico análisis de Ecos del Balón al respecto). Ahora toca hablar de la defensa posicional, que siempre ha sido uno de los puntos fuertes del Atlético de Madrid de Simeone. En la próxima entrega hablaremos de las transiciones (defensa-ataque y ataque-defensa). 

¿Qué respuesta tiene la defensa del Atlético de Madrid a los ataques estáticos de sus rivales? El Atlético de Madrid se ve obligado a proyectar su ataque elaborado frente al 80 % de la liga. Sin embargo, hay enfrentamientos en los que sigue haciendo uso de su repliegue bajo, presión alta y salida directa. Al margen de la estrategia operativa que se trabaja para cada partido, el equipo tiene una señas de identidad muy definidas. Maneja bloque bajo de presión, bloque medio y bloque alto, en función de las necesidades. Y lo más importante, decide cuándo, dónde, y a qué altura tiene que robar la pelota. 

DEFENSA POSICIONAL

SISTEMA DE JUEGO EN FASE DEFENSIVA

¿Sobre qué sistema trabaja el Atlético de Madrid cuando se encuentra en fase de repliegue? Esencialmente, es el 1-4-4-2, al margen de las puntuales modificaciones. Dos líneas de 4 muy definidas y la pareja de puntas presionando un poco más arriba. Las diferencias se naturalizan tras pérdida, donde Griezmann puede cerrar como extremo izquierdo, incluso como interior, en función de su situación antes de perder la pelota. 



PRESIÓN SALIDA DE BALÓN

Lo primero que hay que analizar de la defensa organizada de un equipo es su presión a la salida de balón del rival. El Atlético de Madrid busca, generalmente, una presión alta sobre la salida, intentando potenciar una salida en largo -factor Godín-. 



El Atlético presiona la salida del rival, con los dos puntas sobre el lado fuerte, y encimando a los posibles receptores. Pero... ¿qué ocurre cuando el rival supera esa primera línea de presión?

RIVAL SUPERA LÍNEA DE PRESIÓN: BLOQUE BAJO

El Atlético, a medida que el rival supera esa presión a la salida, repliega muy rápido SIN DEJAR DE PRESIONAR. Los dos puntas retrasan sus posiciones, la línea defensiva permanece con una actitud de achique -reduce distancia con el siguiente bloque de presión evitando filtraciones entre líneas- y el equipo sigue presionando. 


El equipo reestructura su sistema defensivo. Coloca a sus extremos en una posición más central en fase defensiva, protegiendo el juego interior -el Barça suma más efectivos por dentro que por fuera-. Ante esa situación, la actitud de los laterales es mucho más activa, buscando achicar a banda en carrera frente a una posible recepción de un jugador del Barça en zona lateral. 


En función del rival, el Atlético se protegerá por dentro -esencial ante un equipo como el FC Barcelona, que suma tanto potencial en zonas interiores- o buscará ensanchar más su sistema defensivo para evitar que el rival profundice por fuera. En esa idea de impedir una profundidad exterior, pone en liza un concepto que se trabaja desde los inicios de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid. Los extremos se enfrentan a los laterales-extremos rivales y los laterales permanecen centrados, protegiendo zonas interiores pero preparados ante un posible desborde exterior para realizar las pertinentes coberturas defensivas.



El equipo bascula siempre en función de la circulación de la pelota y siempre detectan la zona en la que la presión debe ser más intensa para buscar el robo. Lo realmente especial del Atlético es que mueven su sistema defensivo siempre buscando que el rival intente atacar por la zona en la que el robo está más próximo. Facilitan el momento de la recuperación. 


A medida que el rival avanza, el Atlético prepara sus particulares jaulas posicionales para encerrarlos. Bloques muy bien estructuras que limitan a posibles receptores y cierran líneas de pase. Se empieza a potenciar el robo.


Y si el rival consigue superar esa presión en bloque bajo... ¿cuál es el comportamiento del equipo?

EL RIVAL AVANZA: DEFENSA DEL ÁREA

Si a pesar de toda esa estructura defensiva que se va reorganizando constantemente (al Atlético, a menos que tengas una circulación de balón rapidísima y sepas gestionar tus ataques con un ritmo muy alto tienes que superarlo muchas veces para acercarte a zona de finalización) el equipo rival consigue acercarse al área, se activa otro comportamiento, siempre organizado, para rentabilizar el sistema defensivo.


Cuando el rival llega por zona lateral, mantienen una estructura de defensa en superioridad (normalmente 2x1 en banda -extremo + lateral-), 3 hombres protegiendo el remate y el extremo de la banda contraria cerrando el segundo palo (posible oportunidad para el rival, a Carrasco le falta talento posicional, sobre todo a nivel defensivo). El doble pivote protege la zona de rechace -activación de posible transición defensa-ataque. 


El comportamiento en banda contraria es exactamente el mismo. Extremo ayuda a lateral para proteger el desborde, 3 hombres protegen el área, doble pivote defiende el rechace para evitar segunda jugada y extremo de banda contraria cierra el segundo palo. 


Esta es la defensa posicional del Atlético de Madrid. En la próxima entrega hablaremos de las transiciones del equipo de Simeone (defensa-ataque y ataque-defensa) y de uno de los puntos más mejorables, el contragolpe. Espero que disfruten. 

PD: Fotografía de Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images

ANÁLISIS TÁCTICO DEL ATLÉTICO DE MADRID (I): ATAQUE ORGANIZADO

by 10/21/2016

Uno de los mejores equipos del mundo visita Nervión y era una buena excusa para retomar un poco el blog. El Atlético de Madrid del Cholo Simeone será el medidor perfecto para saber en qué estado se encuentra la idea de juego de Jorge Sampaoli. El equipo de Simeone, a lo largo de los años, ha evolucionado de forma clara, sin perder su esencia. El modelo de juego siempre sufría ligeras modificaciones -necesarias para permanecer en la élite-, pero en esta temporada los cambios han sido un poco más agresivos. Podemos decir sin temor que es la plantilla con más variantes de las que ha dispuesto el técnico argentino, más profunda y, sobre todo, con más recursos con balón. Los jugadores marcan el desarrollo de los modelos de juego, y la acumulación de perfiles técnicos con balón ha generado una necesidad en el Atlético de Madrid, ser más protagonistas.

Hasta ahora, al Atlético le bastaba una trabajada defensa posicional y una buena gestión de las transiciones. Convivía con el repliegue bajo y la intensidad en las recuperaciones. La nueva plantilla exige más riesgos para potenciarse a sí misma, y el Cholo los ha asumido encantado. Y la adaptación ha sido brillante. Lejos de suponer una dificultad, el Atlético de Madrid es uno de los equipos que mejor gestiona la posesión de Europa, y que más variantes dispone en su trabajado sistema para generar juego interior -quién nos lo iba a decir-. Puestos los necesarios preámbulos, vamos a analizar lo más importante del equipo colchonero. 

ATAQUE ORGANIZADO

FASE DE INICIO: SALIDA DE BALÓN

Incidimos en la primera fase de trabajo de un ataque organizado, la salida de balón, y destacamos especialmente a dos jugadores por su contribución ineludible. El Atlético de Madrid ha tenido que profundizar en su juego posicional porque los rivales ya empiezan a esperarle atrás. Ahora necesita más la pelota que antes, al menos en el 80% de sus enfrentamientos, y se ve en la necesidad de gestionar la pelota ante rivales en repliegue. Para ello, es era inevitable un fortalecimiento de su juego de posición y de la productividad de sus fases con balón.

El inicio del juego del Atlético de Madrid rara vez comienza en los centrales. Godín o Savic son muy buenos para jugar en campo contrario, pero no conducen ni dividen cuando salen desde atrás. El talento en el pase no es una de las virtudes de la pareja de centrales del Atlético, así que las responsabilidades en salida recaen, generalmente, en Koke y Filipe Luis, cuando se busca una más organizada, y Gabi + Juanfran cuando se pretende mayor verticalidad o la salida por el perfil izquierdo se encuentra taponada. 

Sin embargo, no es menos cierto que debería potenciarse una salida desde los centrales, a fin de nutrir de más recursos al ataque posicional. De momento, los equipos no presionan a los centrales del Atlético de Madrid en esa fase de inicio, pero terminarán haciéndolo, y más vale que el equipo sepa cómo construir una salida solvente antes de que el rival asiente su presión sobre la pareja de centrales colchoneros. Ante el Celta pudimos ver varias situaciones en las que la acumulación de receptores interiores generaba un espacio a la espalda de la presión del Celta que bien podía aprovecharse con un pase vertical desde la línea de centrales.


Filipe es un jugador con infinitos recursos asociativos. El Atlético de Madrid frecuenta su perfil izquierdo para potenciar su juego organizado, porque en esa zona acumula a sus jugadores más productivos en fases de juego posicional. Filipe + Koke para sacarla son una fuente inagotable de soluciones con balón. Si no encuentran salida por el perfil izquierdo, Gabi + Juanfran generan una nueva alternativa, mucho menos pausada pero más directa. 


En la anterior imagen, Koke recibe la pelota en la base de la jugada, el Atlético vuelve a acumular muchos hombres por dentro y Filipe abre una línea de pase limpia para salir por fuera. Un solo pase puede superar hasta 4 futbolistas del Valencia. 


En las anteriores imágenes hemos mostrado cómo consigue el Atlético de Madrid salir desde atrás. Bien es cierto que no está sufriendo una presión muy alta, por lo que en muchas ocasiones la fase de salida se limita a conducciones hasta el centro del campo, recepciones de Koke en una altura media y entrando directamente en la fase de progresión, donde se producen los movimientos más interesantes en el cuadro del Cholo. 

FASE MEDIA: PROGRESIÓN

Una vez que la pelota se instala en campo contrario... ¿cómo ataca el Atlético de Madrid? En esta fase en concreto, los recursos se multiplican. El lado organizativo se vuelca sobre el perfil izquierdo, con Koke - Filipe - Griezmann, mientras que el vertical tiene lugar en banda contraria con Gabi - Juanfran - Saúl - Correa - Gameiro. 


El concepto de hombre libre -o tercer hombre- es uno de los principios fundamentales del juego de posición, y el Atlético de Madrid cada vez encuentra más facilidades para que surja. En las dos próximas imágenes vemos uno de sus comportamientos típicos, un jugador se ofrece y arrastra las marcas y otro aparece a la espalda -hombre libre-. 



El Atlético se asienta sobre el perfil izquierdo, combina, genera atenciones, atrae marcas, y a la espalda de la línea de presión rival se sitúa Saúl, que recibe libre de marca -concepto tercer hombre- y conduce para completar la fase de progresión. 


Esa acumulación de hombres en banda izquierda genera oportunidad de progresión y llegada a zona de finalización en banda contraria, donde Juanfran permanece abierto para facilitar la descongestión del juego.


En el siguiente fotograma, nuevamente, el Atlético vuelca su juego sobre el perfil izquierdo -lado asociativo- y profundiza por el derecho -lado vertical- aprovechando el desplazamiento en largo de Koke. 


Sin embargo, en el desarrollo de este concepto, a veces falla la aplicación. Se producen muchas situaciones en las que Juanfran permanece centrado y el Atlético se ahoga en un embotellamiento central. Hablar de los ataques del Atlético de Madrid y pasar de puntillas por Griezmann no se correspondería con un análisis riguroso. El crack del Atlético de Madrid empieza a tener relevancia justo cuando el equipo consigue instalarse en campo contrario. A partir de ahí, Griezmann es, en un porcentaje muy elevado, la clave absoluta del sistema. 


El Atlético ha conseguido producir fases muy interesantes con balón. Organiza bien sus ataques. Los laterales, aunque no siempre, generan la amplitud necesaria para estirar al rival y para entrar por dentro, o en su defecto ofrecen una nueva vía para profundizar. El Atlético llega mucho por los costados, y tanto Juanfran como Filipe Luis son dos activos en los últimos metros. 

Griezzmann suele asociarse en la izquierda. Le gusta arrancar desde atrás y acelerar la jugada. Es un enorme conductor. El cambio de velocidad en la jugada es fundamental a la hora de superar líneas y girar los sistemas defensivos rivales. Y Griezmann es, entre otras muchas cosas, el ritmo del Atlético de Madrid. 


Como decíamos con anterioridad, el problema de juntar a todos por dentro es que al equipo, a veces, le cuesta encontrar la amplitud. Y en el fútbol es una máxima. Si quieres atacar bien por dentro tienes que ser capaz de abrir el campo por fuera. Si queremos destacar uno de los recursos más importantes del Atlético de Madrid es, sin lugar a dudas, el de Ángel Correa. El jugador argentino quizás sea más importante sin balón que con él, pero su influencia en todo el frente de ataque es notoria. Aparece por todas las zonas, detectando y ocupando los espacios más útiles. Esta función es importante, porque permite cierta organización posicional que facilita los ataques y estira los sistemas defensivos, mucho más frágiles cuando los atacantes ocupan todas las zonas de ataque. Pero es que, además, sus conducciones meten al Atlético en la fase de finalización, la que vamos a tratar a continuación.

FASE FINAL: FINALIZACIÓN

El Atlético es un equipo con infinitas posibilidades en zona de remate. Suele cargarla con Gameiro -fijo- y Griezmann llegando en carrera. En el pico del área se encuentra el lateral de la banda por la que no se está profundizando, y jugadores como Koke o Gabi llegan desde atrás para activar segunda jugada o buscar un disparo lejano tras rechace. 

Carrasco tiene capacidad para encarar escorado, para buscar desborde exterior + centro o para desbordar por dentro y aprovechar su enorme disparo -gol al Bayern Münich que sirve de buen ejemplo-. También sabe sumar desde atrás, llegando en carrera -tercer gol al Granada-. Gameiro y Griezmann son muy buenos rompiendo a la espalda de la línea defensiva buscando un pase interior, y no es extraño que puedan definir constantemente en ese tipo de situaciones. Correa, cuando juega, también suele cargar la zona de remate. Hay que rellenar los huecos para dividir las marcas y que las opciones se multipliquen, pero nunca descuidar la zona de rechace, no solo por lo que puedes conseguir en un disparo en segunda jugada, sino como mecanismo defensivo para evitar que el rival lance las contras.



Este es, a grandes rasgos, el ataque organizado del Atlético de Madrid. En próximas entregas trataremos la defensa posicional, su comportamiento tras pérdida, o su presión adelantada. Que disfruten. 

EN EL NOMBRE DE NASRI

by 9/28/2016

El Sevilla de Jorge Sampaoli ayer se pareció un poco más a la idea que el entrenador tiene en mente. Mostró dos versiones y evidenció carencias y defectos, pero al menos dió varios pasos hacia adelante y se vio menos sujeto. 4 puntos de 6 y una pelea en mente, alcanzar los octavos de final de la máxima competición continental. 

Jorge Sampaoli trabajó sobre un 1-4-1-3-2 con N´Zonzi de ancla y Nasri - Franco Vázquez por delante. En la primera mitad el Sevilla hizo la presión en bloque bajo y permitió salir al Olympique de Lyon, que lo hacía con una facilidad increíble. El Lyon no fue a presionar arriba, pero vivía con comodidad en el bajo ritmo que le imprimió el Sevilla al partido. Y con Tolisso y Fekir se bastaba para encontrar la profundidad ante un equipo que no sabía cómo defenderse. El déficit de la primera mitad parte de una serie de circunstancias bastante claras:

1 -  El Sevilla no presionaba arriba: Líneas muy separadas. El equipo no encontraba comodidad en la presión, llegaban tarde a todas las marcas y no fueron capaces de organizarse. Si el Sevilla no presiona arriba y los interiores son Nasri y Franco Vázquez -no recuperaban posiciones-, el equipo sufre muchísimo en cada pérdida. La distancia entre N´Zonzi y el siguiente escalón era insalvable y repercutía tanto en posicional -pocos receptores habilitados- como en repliegue -llegaban siempre tarde a las ayudas-. 

2 - El juego posicional sigue sin funcionar: Dentro del modelo de juego de Sampaoli, el juego de posición tiene una importancia capital. En el partido frente al Lyon, el momento más complicado del Sevilla coincidió con aquél en el que se le exigía una mayor fluidez en estático. El Lyon dejaba iniciar al Sevilla y el equipo de Sampaoli seguía encontrando infinitas dificultades para conseguir un ataque organizado. Escudero centrado con Vitolo bajando a recibir era casi la única opción que tenía el Sevilla para salir desde atrás. 

¿Qué cambió para que el Sevilla hiciese los mejores 45´desde que Sampaoli llegó a Nervión? Cambiaron varias cosas, pero me gustaría destacar algunas por encima de otras:

1 - Nasri se emparejó con N´Zonzi y Franco Vázquez adelantó 15 metros su posición: Samir Nasri retrasó su posición en la segunda parte y el Sevilla ya conseguia salir más fluído. El jugador francés juntó a todos, el equipo se comprimió y se lograban articular las combinaciones. Así llegó el gol, pero el Lyon conseguía profundizar por dentro a poco que apretase. Y ante esa circunstancia, Jorge Sampaoli tomó la mejor decisión posible: meter a Iborra.

2 - Cambio de Iborra. Base Iborra - N´Zonzi por detrás de Nasri: Fue el cambio que aseguró la victoria. Avisábamos en la primera mitad del desequilibrio que el Sevilla tenía en el centro del campo, de la distancia entre las líneas y de la ausencia de retorno defensivo de los interiores. Sampaoli metió a Iborra con N´Zonzi, se protegió por dentro y el Sevilla ganó altura. Tiró 20 metros más arriba la presión, robaba en zonas determinates y se eliminaba una dificultad, la de salir jugando desde atrás. 

3 - Juego de transiciones, garantía del Sevilla de Sampaoli: Lo hemos dicho en incontables ocasiones. El Sevilla se siente mucho más cómodo cuando roba la pelota que cuando tiene que organizar los ataques. Nasri tenía un bloque por detrás y empezó a hacerse dueño del partido. A su implicación se le unió un manejo de los tiempos increíble, y unos cambios de ritmo que rompieron el sistema defensivo del equipo dirigido por Bruno Génésio. Nasri la pidió y el partido acabó para el Lyon. El jugador francés absorbió la pelota, la gestionó con soltura y dinamismo y fábrico sociedades con todos los atacantes del Sevilla. Y cuando consigues conectar con Vitolo - Vietto - Ben Yedder - Escudero - Mariano las oportunidades se multiplican. 

Al Sevilla se le pedía un paso adelante y ayer lo dio. Al equipo le queda muchísimo y es normal que en el camino de construir el modelo haya que moldear la idea. La competición te exige tomar direcciones que no estaban en la cabeza a fin de que el equipo compita mientras se desarrolle. Hay instrumentos para creer. El equipo irá en ascendencia a medida que todo el sistema se vaya articulando. Hay entrenador, hay cuerpo técnico y hay jugadores. Sampaoli dijo ayer algo importante: "los jugadores están reaccionando en lugar de accionando". El futbolista, ante las preguntas que plantea un partido, todavía reacciona. No hace lo que siente, sino lo que aprende. Y eso implica tiempo en la toma de decisiones. A medida que los jugadores conviertan las experiencias que se trabajan en los entrenamientos en hábitos de conducta todo será mucho más fluido. Todas las ideas tienen un proceso y hay que respetar los tiempos. 

PD: Cristina Quicler/ AFP / Getty images.
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